viernes, 20 de noviembre de 2015

la corrupción y la pobreza 


La corrupción es una piedra en el camino hacia el desarrollo. Para el economista venezolano Ricardo Hausmann “un estado capaz es una burocracia que puede proteger al país y a su pueblo, mantener la paz, hacer cumplir reglas y contratos, proporcionar infraestructura y servicios sociales (…). La falta de un estado capaz es lo que causa tanto la pobreza y el retraso como la corrupción: la incapacidad de evitar que los funcionarios públicos, a menudo en colusión con otros miembros de la sociedad, subviertan la toma de decisiones para obtener beneficio personal”.

En 2013, según la Contraloría General de la República la corrupción le costó al país el 1,6 % del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, cerca de $14 billones.

Para medir el nivel de corrupción, una de las mejores maneras para hacerlo es según Hausmann, el Indicador de Control de la Corrupción del Banco Mundial. Este indicador se mide en un intervalo de -2,5 a 2,5 y entre mayor sea, el país tendrá relativamente mejor controlada la corrupción. 
La relación entre corrupción y crecimiento económico – variable que no explica por sí sola la reducción de la pobreza, pero es un bien indicador para comparar resultados en la mejora del bienestar - según el Banco Mundial, demuestra que cuando un país tiene menor incidencia de corrupción (índice mayor) no necesariamente significa que le va mejor que a los países con alta corrupción (la comparación más evidente es la de Dinamarca vs Brasil).






Si bien no es una tendencia que se aplique a todos los países, las diferencias explican que aunque un amplio control gubernamental para mitigar los efectos de la corrupción ayuda a reducir la desigualdad y la pobreza, no es suficiente para poder hablar de cambios significativos.

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